sábado, mayo 06, 2006

SIN NADA

Ennis estaba arrodillado frente a la mesita al lado de la cama y buscaba algo, tenía su mano metida casi hasta el fondo de ese cajón lleno de cachivaches pero él sabia lo que estaba buscando. Finalmente encontró un anillo. Lo sacó rápidamente y se quedo mirándolo por un rato, era metálico, de color plateado con tres piedrecillas transparentes de color rojo, azul y la tercera sin color alguno. Estaban delicadamente engastadas en el anillo y rodeadas de unas pequeñísimas hojas de metal de tal manera que el efecto era como de tres pequeñas rosas.

Ennis tenía el anillo en su mano y no podía dejar de mirarlo. Se lo había visto puesto a su madre los domingos cuando asistían al servicio dominical y en una que otra ocasión especial .

Se levantó rápidamente y salió de la habitación de sus padres. Por un instante alcanzó a ver a su hermano y hermana sentados en el comedor. La luz blanca de la bombilla y la inmovilidad de ambos los hizo verse como esos maniquíes que Ennis veía en los almacenes de la calle principal del pueblo cuando acompañaba a su madre a hacer algunas compras.

Entró rápidamente a su habitación y buscó un lugar donde guardar el anillo pero no había muchas posibilidades, solo estaban las dos camas, la de su hermano y la suya, y un pequeño armario donde ambos guardaban su ropa. Quería esconderlo en un lugar donde su hermano no lo encontrara.

Se sentó un momento en su cama, la sensación de vació no lo abandonaba, era como un frió dentro del cuerpo, una desesperación en el pecho. Sentía miedo, las ganas de llorar eran intensas pero sin embargo solo lograba que las lágrimas se acumularan un poco en sus ojos pero no lo suficiente para llorar. Se sentía tan solo.

Tenía el anillo en la mano. Lo sacó un instante y lo miró fijamente. Por fin una lágrima rodó sobre su mejilla.

- Ennis, ven acá.

Su hermana lo llamaba desde el comedor. Ennis salió de su habitación y fue a sentarse al lado de su hermano.

- No hay nada, no tenían nada de dinero en el closet, ya revisé todo. Bueno, la verdad si había un poco de dinero, miren lo que encontré en la lata de café

Ambos hermanos miraron mientras ella sacaba de una lata de café en el centro de la mesa veinticuatro dólares que contó lentamente, dos billetes de cinco, uno de diez y cuatro de un dólar.

A continuación dijo la hermana

-
Esto nos alcanza para un par de semanas de comida, lo que me preocupa es este rancho, no se si ustedes sabían que este rancho tiene todavía una deuda, el pago al banco se llevaba un buen pedazo del salario de papá y ahora no se que va a pasar, seguramente el banco nos lo va a quitar.

Ambos hermanos estaban casi paralizados en sus asientos y la miraban fijamente.

- Yo hablé durante el sepelio con mi novio y él nos puede tener en su casa un tiempo. Como ya saben nos vamos a casar el próximo verano pero después de esto tal vez haya que apresurar la cosas, eso si, él y yo queremos irnos vivir a Casper así que ustedes dos tendrán que conseguirse un trabajo.
-
Yo…, y nadie nos podría prestar dinero? Pregunto Ennis.
-
No hermanito, no creo. Por aquí todo el mundo vive con las mismas deudas.
-
Y no podríamos vender cosas del rancho?, no se, algo. Preguntó el otro hermano
-
No alcanza, o es que ves algo de valor aquí? le espetó su hermana.

Los tres miraron por un momento lo poco que había a su alrededor. Unas sillas de madera, una pequeña cocina con una estufa vieja y un par de mesas desgastadas. Lo único que podrían vender era un radio grande que estaba al lado del comedor. Y en las tres habitaciones había solo camas, mesas y algunas sillas además de ropa y zapatos. Nada que los pudiera salvar del embargo del banco.

Ennis miró un rato la lata de café y luego puso su mano en la mesa, al abrirla dejo ver el anillo de su madre.

- Y si vendemos el anillo de mamá ?
-
Oye, de dónde lo sacaste ? preguntó el hermano
-
No importa

“Dámelo”. Dijo su hermana. “Ya veremos que puedo hacer con esto”.

4 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Ennis, no me quiero referir a tu cuento, me refiero a la noche anterior, esa noche donde una botella de vino nos permitió ser nosotros, mostrar lo más humano de lo humano, desnudar el alma como jamás una mujer puede desnudarsela a un hombre... Fue mi soledad con tu soledad, mi vacío igual a tu vacío.. fue nada... porque eso es lo único que hay... NADA.

1:14 p.m.  
Blogger Ana said...

Nunca poseyó nada. Toda su vida transcurrió entre casas destartaladas, apartamentos cutres, ranchos pobres y caravanas que se caían a pedazos.
Sus trabajos no podían ser fijos porque precisaba una semana cada tres meses que no todos los patronos le conceden.
Su única posesión la perdió joven, a los 39. Y a partir de ese día nada de lo que le rodeaba importó demasiado, excepto sus camisas y su postal.

Brokeadicto, parece que respiraste el mismo aire que Ennis. Ahora nos cuentas su historia y todavía hace más daño saber que no solo al puto Jack Twist no le salía nada como planificaba. Al final resultaron ser almas gemelas.

1:35 p.m.  
Anonymous Anónimo said...

Hoy entendí que la nada es TODO, es por aquello por lo que nos la jugamos día a día, son aquellos precios tan altos que siempre estamos pagando por amar, trabajar, hacer ejercicio, fantasear,viajar.. es... eso LA NADA ES...

1:09 p.m.  
Anonymous Anónimo said...

El origen de ese anillo solo lo conoce Ennis al igual que el valor que tenía para su madre, ella lo usaba solamente los domingos cuando iba a misa con sus hijos y era a través de ese anillo como se comunicaba con el sacerdote, aquel que aun oficiaba la misa y que se lo había regalado tiempo atrás.. Ese anillo representaba un gran amor, un amor imposible, un amor lleno de culpa y dolor... Hoy Ennis repite la misma historia con Jack, la única diferencia es que el amor de ellos tiene su espacio y tiempo, en cambio el de su madre solo tenía comunicación a través de la palabra de Dios... pues desde hacía ya 17 años no se confesaba ni comulgaba. Ennis repite la historia de su madre y guarda ese anillo con el mismo amor que guarda la postal y la camisa de Jack, no le queda otro camino que ser complice de ese ser con quien se identifó en todo.

6:32 p.m.  

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