jueves, agosto 03, 2006

La camioneta de Jack estaba llena de barro por todas partes, cubría las llantas, las puertas, había barro hasta en los vidrios y las ventanas. El calor y el viento habían logrado secar todo y ahora el color de la camioneta era un café claro.

Jack se detuvo en la esquina justo detrás del edificio que estaba al lado del parqueadero de la lavandería. Ennis se quedó un momento mirando hacia el frente, era ya medio dia y Jack tenía que manejar hasta Denver lo antes posible. Ennis no se movió y Jack lo observaba sin decir nada. Finalmente Ennis lo miró y una leve sonrisa se dibujó en sus labios

- Entonces…, te envío la postal en unos tres meses?

- Está bien, aunque si puedes me gustaría que fuera antes

- Mmm, no Jack, ahora tengo que encontrar un trabajo en otro rancho, y por menos de tres meses no me contratará nadie. Tu lo sabes…

- Si, entiendo. Mira…yo estoy en la oficina todos los dias de la semana en las mañanas, y los sábados estoy solo ahí hasta el medio dia, si puedes me llamas algún día? Que te parece?

- No se, que tal si Lureen contesta el teléfono? Que le digo?

- Pues nada, que quieres hablar con Sr. Jack Twist para preguntar por un tractor, no se, invéntate algo…ademas alla trabaja mas gente, no te preocupes

- Ok, seguro…algún dia te llamo

Ennis abrió la puerta de la camioneta y luego sacó sus cosas, las dejó caer pesadamente al piso y puso sus manos sobre el techo de la camioneta. Se quedó mirando a Jack sin decir nada, solo lo miraba sin mover un músculo pero sus ojos cafés parecían hundirse en su rostro, Jack extendió su brazo para estrechar la mano de Ennis pero éste no se movió, luego dio un paso rápidamente hacia atrás y cerró la puerta. Jack dejó caer su brazo sobre el asiento y luego miró hacia el frente y arrancó.

Ennis se agachó a recoger sus cosas envuelto en el polvo que dejó la camioneta de Jack al arrancar. Se echó todo al hombro y caminó hasta las escaleras del apartamento, tiró todo debajo de la escalera y comenzó a caminar hacia el pequeño restaurante que estaba al frente de la lavandería.

Al entrar el aire acondicionado le hizo sentir un suave escalofrío en la espalda. En esta época del año las tiendas, los restaurantes, las oficinas parecían refrigeradores mientras que afuera el calor hacia sudar con tan solo caminar un par de cuadras.

El restaurante estaba medio lleno, algunas personas que trabajaban cerca acostumbraban almorzar en ese lugar pero fuera de ellos no había nadie mas. Ennis se sentó en el sillón de cubierta roja brillante al lado de la ventana. La camarera se acercó y le preguntó que deseaba almorzar

-Hmm, déme un pie de manzana y un café, nada mas

En sus bolsillos no había suficiente para ordenar algo mas grande y ese vacío que sentía en el estómago era imposible de calmar con un pie de manzana y un café. Pero esa sensación no era solo en el estómago, era en el pecho, en la cabeza, en el alma.

Y era siempre la misma historia cada vez que regresaba a Riverton de pasar unos dias con Jack. Ese vacío lo devoraba. Eran días en los que Ennis no sentía nada, eran días en los que caminaba, trabajaba, hablaba, dormía pero parecía que no estuviera vivo. A menudo se sentaba por horas en la sala a mirar televisión con una botella de cerveza en la mano mientras sus hijas le preguntaban por los pescados que había atrapado en su viaje y el trataba de sonreír mientras les contaba alguna historia de pesca. Alma lo miraba desde la cocina sin decir nada.

En esta ocasión Ennis decidió que una llamada a Childress, Texas, seria una sorpresa para Jack.
Tres días mas tarde, mientras el capataz que lo había contratado terminaba de hacer unas compras en la tienda, Ennis cerró la puerta de la cabina telefónica y marcó el numero que aparecía en la tarjeta de negocios de Jack. Ennis estaba algo nervioso y no sabia que haria si Lureen contestaba la llamada.

- Newsome Machinery, buenos dias

- Hmm, Jack?

- Si…Ennis?

- Hola…

- Oye…que sorpresa tan agradable, por fin te oigo…

- Si, que te parece?

- Pues te oyes como si estuvieras en este mismo pueblo…gracias por llamar

- Y que tal el negocio?

- Bueno, hoy nadie ha entrado…

- Y como has estado?

- Tu sabes Ennis como estoy cada vez que regreso a este pueblo, ojala estuvieras aquí…

- Si, bueno, yo tampoco he estado bien…

- Ennis, yo…, es difícil estar aquí…tan lejos

- Si….

- Todo está en tus manos…

- Mira Jack, me tengo que ir, el capataz ya está terminando de cargar la camioneta, solo quería saludarte…para que no digas que no te he llamado nunca

- Ennis…

- Entonces te envío la postal cuando pueda, ok?

- Esta bien, ojala sea pronto. Y llámame de nuevo cuando puedas, ok?

- Si, bueno, cuídate

- Tu también.

El día de Jack se convirtió en una mezcla entre alegría y un vacío que no lo dejaba concentrarse, un vacío que lo carcomía desde adentro.

Cuando el sol estaba acercándose al horizonte la botella de whisky estaba casi vacía y Jack estaba recostado sobre su escritorio. Su secretaria entró y lo tocó suavemente en el hombro. Jack levantó la cabeza y le sonrió

- Sr. Twist, ya es hora de cerrar

- Si? Bueno, apaga las luces y cierra la puerta, yo me voy a quedar aquí un rato, ok?

- Si señor.

- Buenas noches.