NATURA
"Solo la tierra y el cielo tienen importancia. Solo el fluir eternamente repetido de la luz al amanecer. Aqui se empieza a comprender que poco es lo que nos concede Dios aparte de eso."
Estas duras palabras de la autora Annie Proulx en la novela nos muestran que esos hermosos paisajes, esas vistas espectaculares que nos emocionan por su belleza en la película no son realmente un lugar acogedor en el que Ennis & Jack se sentían libres y plenos. Mas bien hacen parte de una naturaleza dura, desolada y de cierta manera opresiva. Una naturaleza que a lo máximo es indiferente con las criaturas que en ella habitan, incluyendo los humanos. Una naturaleza que no ha sido subyugada por el hombre.
No olvidemos la escena de la tormenta en la que un granizo con bolas mas grandes que un dedo caia del cielo inclementemente, esa naturaleza magnificaba la sensación de soledad y aislamiento de ambos.
Son dos hombres abandonados en medio de la nada, solo se tienen el uno al otro, solo hay ese otro hombre a quien aferrarse para no sentirse absolutamente solo en el mundo. Y eso es algo que el pobre Ennis conocía perfectamente bien, esa soledad infinita.
Ese primer encuentro físico un poco torpe no es solo consecuencia de la expresión de unos sentimientos que finalmente se desbordan, es también una busqueda desesperada de la compañia del otro en medio de ese paisaje inhumano.
Y aqui comienza el camino de Ennis, quien a pesar de cargar con no solo el aislamiento emocional producto de su crianza sino tambien su propia homofobia internalizada, se atreve a dar los primeros pasos en el camino que lo conduciría a abrirse a la posibilidad del amor en su vida al unirse a Jack en un momento de pasión desbordada por la borrachera.